Por Carlos Acosta para Clarín – Publicada 20/10/19
La campaña ya terminó. Más allá de que los milagros en política pueden existir, según mi punto de vista la diferencia es indescontable. Esta noche se reunirán los seis candidatos a debatir con el resultado ya puesto, aunque falte una semana. Será una especie de evento escénico más parecido a Titanes en el Ring con Martín Karadagián que a una competencia con intercambio de propuestas; lo que se diga ya sea por historia y también por coyuntura, será poco creíble y seguramente no faltarán los momentos caricaturizables. Ojalá me equivoque y que sea un verdadero aporte a la salud democrática.
Dicho esto hay que empezar a pensar seriamente, en términos comunicacionales, en el lunes 28 de octubre, el día después. No dudo de que en el caso de Alberto hablará como lo viene haciendo de la herencia recibida. Y en este listado uno de los ejes más dramáticos será la grieta. Un tema que no es nuevo y que tampoco sucede solo en nuestro país, pensemos en españoles y catalanes hoy, o en los ingleses con el Brexit. Ahora convengamos que la nuestra tiene características muy peculiares.
Volviendo a la comunicación como herramienta de la política, bien utilizada puede generar un clima de convivencia razonable y que ayude para gobernar. Será fundamental atenuar el clima de toxicidad social reinante y que encontró en las redes su gran aliado. Mi intención en esta columna es mostrar el cuadro y tratar de explicarlo, no pintarlo. Para eso recurrí a quienes manejan los pinceles y saben muy bien como hacerlo: Leandro Raposo, Ernesto Savaglio y Martín Mercado.
Raposo es un talentosísimo creativo argentino, autor de numerosas campañas exitosas a fines de los 90 en la mítica Agulla y Baccetti, luego en J. Walter Thompson, para en mediados de los 2000 trasladar su trabajo a España desde donde lidera su agencia The Cyranos en Barcelona. Tengo el gusto de conocer todo su recorrido profesional y prometí no presentarlo como el “publicista de Alberto”, como hicieron otros medios, sino destacar que forma parte de un grupo importante de profesionales que trabajan en la campaña del Frente de Todos. Consultado sobre cómo debería ser el aporte de la comunicación del posible nuevo gobierno para comenzar a cerrar la grieta expresa: “Lo primero que creo que debería hacer la comunicación es rebelarse y cambiar la metáfora de grieta. Porque las grietas son insalvables, externas, lugares donde uno necesita como nada a los que quedaron de su lado y no necesita para nada a los de enfrente”. Para Raposo lo que nos pasa no es un designio geológico y es algo que depende de nosotros resolver. Y suma: “El otro enfoque es pensar realmente desde la comunicación si esta grieta imaginaria que creemos que nos divide a mitades prácticamente exactas, es realmente así o forma de parte de una construcción. Tal vez nos demos cuenta hablando a fondo, que en la mayoría de los temas la grieta está entre el 2 por ciento de la población y el 98 que somos todo el resto. La igualdad de oportunidades y la igualdad ante la ley, los derechos adquiridos por nuestros abuelos después de muchas luchas, el derecho no solo a comer, sino que dentro de nuestras posibilidades podamos acceder a cierta felicidad y tranquilidad, la dignidad de la vejez y la esencialidad de cuidar a absolutamente todos los pibes. Lo que significa la soberanía en el sentido menos acartonado de la palabra. ¿Realmente creemos que en eso estamos divididos a mitades? ¿O son unos muy pocos de un lado y del otro todo el resto? Tal vez más que seguir hablando de grietas, haya que empezar a hablar de los temas importantes y concretos. Y ahí nos demos cuenta de que si el 98 por ciento estamos de acuerdo, no existe una grieta real en los temas importantes.”
Si hablamos del contexto, para el publicitario, lamentablemente los últimos años pusieron a todos los argentinos en una situación muy delicada en lo cotidiano. “Como agravante de eso gran parte del eje discursivo y comunicacional intentó decir que la solución era el sálvese quien pueda, el darwinismo social, la meritocracia. Ese espejismo terminó y nos damos cuenta ahora no solo que el barco se hundió y estamos en el bote salvavidas, sino que estamos en el mismo bote salvavidas con el otro. Estamos en el medio del mar y rodeados de tiburones, y como le vaya a él nos va a ir a nosotros. Y uno puede darse el lujo de ser puntilloso en las diferencias con el otro en una mesa de café al lado de una chimenea, pero en el mismo bote salvavidas seguramente lo que le den ganas a uno es de encontrar las cosas que te unen más que sacar las diferencias, empezar por hablar de todo eso que te puede hacer remar para el mismo lado” concluye.
Otro de los protagonistas importantes que tuvo y tiene la comunicación incluyendo la política es Ernesto Savaglio. Su primera reflexión fue que “no se puede joder con algo que nos jode”. A lo que agregó: “Comunicar es poner algo en común. Claro que la comunicación puede hacer algo. Pero la comunicación es un piano, un violín, una batería un bajo. Los cantantes con sus voces y así infinitas posibilidades. Me aparecen Los Beatles cambiando todo. Pero no todos son Los Beatles. Ellos pusieron algo en común entre ellos y nosotros, y entre todos nosotros y apareció una cultura. Tenían un sueño, tenían ganas, y tenían talento. El mejor equipo tal vez de los últimos 60 años. Si no, no. Y si sí, sí. Depende de la política y de la honestidad intelectual del político que ejecuta esa partitura. Con perdón del cooperativismo, la publicidad argentina tiene muy buenos músicos capaz de cambiar lo que se propongan. La comunicación es poner algo en común. La economía, en algún lugar también. Pero es la política estúpido!”
Finalmente Martín Mercado fue una de las figuritas difíciles en estas elecciones. Convocado por partidos, frentes, candidatos, Mercado prefirió seguir con sus clientes que no son pocos y además importantes. Cuando le pregunté que pensaba del tema su respuesta fue contundente: “Uno puede hablar de grieta cuando está en la superficie. Cuando uno está en el pozo que deja la grieta no hay lugar para otra cosa que pensar en salir. La grieta entre los mineros se dio en la superficie, abajo sólo cabía estar unidos para salir del pozo. Dejemos de pensar que estamos unos de un lado y otros del otro con una grieta de por medio y démonos cuenta de que estamos todos en ese agujero. Y que la única manera de salir es con la ayuda de todos. La grieta hoy son dos boxeadores que se pegaron tanto que están exhaustos. No sé qué viene, pero en el box cuando suena la campana del final a veces se miran y se abrazan”.
Estos tres profesionales de la comunicación han aportado su talento a un lado y otro del espectro político local, sin embargo, con pensamientos claros, coinciden en construir algo superador y lejos de la grieta. Dan ganas de intentarlo ¿no?