El músico, productor, director, innovador, tech-entrepreneur, y filántropo will.i.am subió al escenario de Cannes junto a Jonathan Milldenhall, cofounder de TwentyFirstCenturyBrand, para hablar sobre FYI, su nueva compañía tecnológica.
El amor de will.i.am por la tecnología no es nuevo, trece años atrás discutía con el resto de los integrantes de Black Eyed Peas sobre los beneficios de la inteligencia artificial para la creatividad. Mientras Fergie afirmaba que la música como expresión artística solo tiene valor si proviene de la creatividad humana, will sostenía ya entonces que la AI era una herramienta que potenciaría la humanidad. «No podés considerarte futurista si le temés al futuro», afirmaba.
La evolución de la música está íntimamente relacionada con la incorporación de la tecnología. En 1823 había música de cámara y eclesiástica. En 1923 se pudo grabar y las canciones pasaron a tener una duración de 3 minutos. «Debemos preguntarnos cómo será la música en el futuro: ¿será personalizada? ¿Se acomodará a tu estado de ánimo? ¿Se escribirá una canción en el momento? Imaginemos», invitó will.
Para el músico, la AI va a cambiar las leyes, el trabajo, la educación, las finanzas, el transporte, es absurdo solo ver el lado negativo. La desigualdad de quién recibe qué, no lo hizo la AI, lo hizo la gente, la avaricia y el odio. «La AI puede ser una herramienta para solucionar cosas. Y resolver problemas que ni siquiera conocemos. La blockchain y encriptación nos enseñó la importancia de las llaves; pero todavía no sirve para proteger lo más importante: tus datos personales y contraseñas», afirmó.
will aprovechó la atención en Cannes para realizar una demo en vivo sobre cómo funciona FYI, la plataforma que fundó y que está pensada para administrar proyectos de música que empiezan y terminan en la app. Jugó con las letras de un clásico de BEP, le pidió a la AI integrada a la plataforma que reformulara la canción con una nueva mirada y a su vez que generara un script con ella.
¿Quién es el dueño de la esencia si yo le pido que escriba «algo como…»?, desafió. «Tenemos que asegurarnos de que los humanos involucrados reciban lo suyo y tengan los derechos que le corresponden», concluyó.