En junio de 1994 un incansable pionero del negocio y excelente director de cine publicitario, Edi Flehner, me decía en Cannes que Argentina se merecía una revista que estuviera a la altura de lo que estaba viviendo su publicidad. “Carlos, tenés que hacerla”, me instaba de manera contundente. Y la hicimos.
Cualquier actividad, en este caso la publicidad por el fenómeno que estaba generando y que trascendía lo que puede ser una moda, necesita un espacio de jerarquía para mostrar su desarrollo, un ámbito que no solo que la interprete sino también la interpele.
Pasaron muchos años, cambiaron muchos paradigmas, pero no nuestras convicciones. Nuestro mercado lo reconoce, lo acompaña, lo agradece. Nos necesitamos, y mucho más en momentos difíciles como son las crisis o en este caso una pandemia.
Uno de los grandes temas que enfrentamos los medios del mundo es la monetización, máxime en un momento de polución de contenidos. Si hacemos foco en nuestro mercado, la dinámica de la venta de contenidos, tapas, notas, o la excusa de los paneles o casos de éxito que “agregan valor al sector”, sumado a los premios de diversos colores comprometen a las marcas para facturar auspicios, Son intentos de dar relevancia a cosas que todos sabemos no la tienen. Lejos de generar virtuosismo, alimentan la mediocridad. Nosotros seguimos pensando que la mejor manera de monetizar un medio sigue siendo con avisos que se publican, que se ven, que dan transparencia al negocio y que nos dan la posibilidad de seguir haciendo periodismo.
Esta semana comenzamos a producir nuestra la edición Aniversario. Distinta por el momento vivido, pero esencialmente fiel a lo que proponemos en cada cumpleaños. Vamos a reflexionar sobre el Tiempo y el Espacio y cómo estas dos categorías cambiaron para siempre la forma en que hacemos comunicación.
Este es nuestro aporte, como lo es desde hace 26 años. Con información, análisis, crítica y generación genuina de contenidos. Ampliaremos.