Meredith Whittaker lidera la Signal Foundation como presidenta, pero antes de eso, fundó el AI Now Institute en la NYU para investigar cómo la inteligencia artificial está afectando nuestras vidas. Fue “googler”, durante 13 años antes de convertirse en su crítica más feroz; estuvo detrás de una mega protesta que reunió a 20,000 empleados contra la vigilancia y el mal manejo de casos de acoso sexual en la empresa. Hoy, desde Signal, Meredith está en una misión: garantizar que tengamos un lugar donde comunicarnos sin que nadie nos espíe. En un mundo donde casi todas las apps quieren nuestros datos, ella representa la resistencia. A sala llena, Whittaker conversó con Guy Kawasaki, Chief evangelist de Canvas, sobre la importancia de la privacidad en la era digital. Destacó la necesidad de plataformas de comunicación seguras como Signal, los riesgos de la vigilancia centralizada y los beneficios de la mensajería cifrada de extremo a extremo.
“Todo tenemos algo que ocultar. No le hablás a una amiga igual que a tu jefe.Tenemos diferentes grados de intimidad y vivimos en un mundo donde hay una asimetría de poder y los que están al mando pueden hacer un mal uso de tu data e incluso volverla en tu contra”, explicó Whittaker quien no acusó a las cabezas de las plataformas, ni a sus boards de ser engendros del mal sino simples víctimas de los incentivos perversos del mercado y de la necesidad de que los accionistas estén contentos. “Nunca estuvimos más vigilados. Son muchos los riesgos y es necesario crear espacios seguros. Eso es lo que buscamos hacer en Signal. Meta y Google tienen todo tipo de info sobre vos: tus mails, tus consultas, tu ubicación; todo podría devastarnos. No somos conscientes de lo que la privacidad garantiza en un mundo democrático”.
Signal es una plataforma de código abierto con uno de los protocolos más seguros. Mensajes, llamadas y videollamadas están encriptadas de extremo a extremo. No tiene anuncios ni rastreo. Y fundamentalmente, no recopila ni vende data de los usuarios. “La única manera de proteger la data es no recolectarla ”, subraya Whittaker. La otra particularidad de Signal es que es una ONG. Su modelo de negocio se basa en donaciones sin programas de suscripciones para garantizar el acceso libre y gratuito a todos los usuarios. El gran desafío de la compañía es lograr masa crítica, que la gente migre de las otras plataformas a esta nueva opción.
“A la gente no le importa la privacidad porque se hizo de la privacidad un concepto abstracto sobre el cuál creemos que no tenemos poder de decision. no nos damos cuanta de que la privacidad garantiza nuestra libertad de expresión, nuestra intimidad y nuestra libertad de pensamiento”.