Por Pablo Corso. “Lo que ocurre con el metaverso es similar a lo que ocurrió con la internet en los años 90: sabemos que será sumamente importante, pero no estamos seguros de cuándo los usuarios promedio sentirán sus efectos”. La cita del Sentinel Report de Globant es pertinente por la dimensión histórica y por la honestidad intelectual. A pesar de las declaraciones altisonantes que rodean la promesa de pulverizar las fronteras entre el mundo físico y el digital, nadie tiene muy en claro dónde estamos parados. El entusiasmo se motoriza con las potencialidades y los múltiples actores ansiosos por hincar el diente.
Las tensiones de esta etapa germinal quedan explícitas en el estudio de la compañía de negocios digitales, que sondeó a 834 profesionales tech para concluir que, aunque el 73% consideran al metaverso como un entorno nuevo e inquietante, sólo lo experimentaron el 26%. En esa línea, apenas el 36% entienden claramente de qué se trata esa “experiencia 3D compartida, o una versión personificada y virtual de la internet”, según la definición del empresario y autor Matthew Ball. Para profundizar y despejar (algunas) dudas, los responsables del informe responden sobre perspectivas y prospectivas.
¿Cómo imaginan las interacciones cotidianas en el metaverso en el corto plazo?
Los avatares representan nuestra identidad digital, una extensión de nosotros mismos. Se convertirán en nuestra versión aumentada, un canal para conectar el mundo real y el virtual a la perfección. Serán una parte integral de nuestra vida cotidiana y definirán quiénes somos. A medida que esa identidad digital vaya adquiriendo protagonismo, se producirá una recreación e invención conjunta de nuestro mundo físico. Nacerán una nueva cultura, economía, e-commerce y comunidad digitales. Esto implica un cambio de paradigma en las relaciones, experiencias y procesos entre empresas y empleados, plataformas y usuarios, marcas y consumidores, organizaciones y clientes.
¿Cuáles serán las consecuencias económicas?
El metaverso es un espacio para maximizar las interacciones, que reinventará la forma en que las marcas se conectan con sus consumidores e impulsará a una nueva generación de empresas totalmente digitales a hacer crecer su negocio. Tiene posibilidades que nunca habíamos imaginado. Pronto las empresas, los comercios electrónicos, las marcas y las organizaciones vivirán, prosperarán y crecerán dentro de él. Para el 2024, se espera que alcance los USD 800 mil millones y, como consecuencia, creará 10 mil puestos de trabajo en los próximos cinco años. Las empresas buscarán maneras innovadoras de formar parte del nuevo ecosistema digital, y garantizarán su presencia entablando alianzas creativas para aumentar su mercado y alcance de marca más allá de nuestras expectativas.
¿Cómo lo viven desde Globant?
Trabajamos para ayudar a nuestros clientes a monetizar y optimizar su presencia en el metaverso, a la vez que desarrollamos iniciativas para los Globers [así llaman a sus empleados] en consonancia con el futuro del trabajo en nuestro Virtual Campus. Los usuarios pueden vivenciar la cultura, los productos y la historia de Globant a través de avatares personales, e incluso reunirse con sus colegas de oficinas de otros puntos del globo. Pueden generar entornos artificiales para realizar simulaciones y juegos de rol, interactuar con un público mediante cuestionarios, organizar eventos, reuniones de ventas y fiestas. Estamos emocionados por ver la evolución de este espacio digital en los próximos meses.
Entre el banco y Disneylandia
La emoción -y la ambición- se multiplican. “Los bancos pueden usar el metaverso para mejorar la experiencia del cliente y crear nuevos mecanismos para interactuar con ellos, como las sucursales virtuales con asistentes digitales integrados”, ejemplifica el Sentinel Report. El sector de la salud también diseña experiencias inmersivas para reducir los niveles de dolor de algunos procedimientos y abrir entornos seguros donde los pacientes con enfermedades mentales compartan detalles personales con comodidad.
Mientras tanto, las grandes marcas observan y actúan. Nike está creando zapatillas y objetos coleccionables en el metaverso; Disney desarrolló un simulador para proyectar imágenes en 3D sobre sus parques temáticos, habilitando la interacción con los personajes. En esta dinámica, los videojuegos asoman como la gran ballena blanca, con tres billones de jugadores sobre siete billones de terrícolas. Kevin Janzen, Managing Director of Gaming, Media and Metaverse de Globant, tiene algo que decir sobre esto.
¿Qué cambiará a partir de la gamificación, esa nueva forma de relaciones entre personas y empresas?
El gaming ha sido un acelerador de la tecnología, porque para las empresas es una manera divertida de interactuar y generar ganancias con rapidez. Los gráficos en 3D, la realidad aumentada y la realidad virtual dieron sus primeros pasos como tecnologías de gaming y rápidamente se convirtieron en mucho más que eso. Lo mismo está ocurriendo con el metaverso.
Muchas organizaciones comenzarán a considerar invertir en videojuegos. La distribución, el compromiso, las pruebas y el aprendizaje en el espacio del gaming serán la clave para entender cómo integrarse en los metaversos del futuro. A medida que marcas y empresas creen nuevas experiencias inmersivas, será importante que tengan un enfoque de diseño centrado en el ser humano. Tendrán que invertir en investigación para poder identificar no solo por qué estas experiencias añaden valor, sino también cómo pueden mejorarse en el futuro.
Lo más importante es entender el cambio de paradigma. Bajo ciertas circunstancias, un bien digital puede valer tanto o más que uno tangible; compartir un espacio virtual puede ser tan agradable o brindar una experiencia más rica que un espacio físico. También es clave conocer la diferencia entre los distintos espacios: cuándo tiene sentido crear algo propio, cuándo posicionarse en alguno ya consolidado. Ya no se puede pensar seriamente en el futuro sin un plan que contemple una presencia amplia en estos nuevos ecosistemas. .