Por Majo Acosta y Marta González Muguruza desde SXSW. Las implicancias de la IA en nuestra industria tienen en vilo a más de uno. Las herramientas de IA generativa han demostrado no solo resultados cuasi inmediatos sino que de una calidad en términos de texto e imágenes muchas veces superior al de los humanos. Entonces, que nos queda?, se pregunta Toygun Yilmazer, Chief Strategy Officer de TBWA Estambul y fundador del departamento de Disruption Consultancy de la red. “Darnos cuenta de que estamos en el negocio de la cultura, no el de la creatividad. Y la cultura es impredecible, emocional y movilizada por la humanidad”, asegura Yilmazer
La cultura está en continua evolución . Si el futuro es distinto al pasado, recolectar y analizar data del pasado no tiene sentido alguno. Incluso con algoritmos para todo, el ritmo de la evolución cultural sobrepasa a las capacidades de la inteligencia artificial. La IA puede ganar un partido de ajedrez o de GO, pero no aun no es eximia para una app de citas. Y esto es lógico, explica Yilmazer, “En el juego, la información es perfecta, no hay azar y las reglas son claras. En la app de citas, la data es incompleta, son muchos los factores externos que influyen y el comportamiento humano es complejo.”
La cultura se basa en creencias y comportamientos mientras que la IA trabaja mejor en situaciones estables y bien definidas, las emociones humanas son demasiado complicadas e inestables para la IA. Conectar a nivel emocional va más allá del significado de símbolos y palabras . La IA puede tener acceso a todos la data, pero solo nosotros sabemos cosas por la capacidad de relacionarlas a nuestras experiencias y sentimientos”, sostiene Yilmazer resaltando esta diferencia entre el significado emocional y el lenguaje literal y trayendo a la memoria aquella escena de la película Goodwill Hunting protagonizada por Robbin Williams y Matt Damon donde el imperfecto psicólogo le explica a la mente brillante que hay cosas que no se aprenden de libros sino por haberlas experimentado. La IA tiene acceso a mucha data visual y auditiva, pero es poca la data recopilada sobre los sentidos restantes: olfato, tacto y gusto. Esa es la nueva frontera que varios de los oradores de esta edición de Southby deslizaron en sus charlas.
Los inventores son visionarios y rara vez son eximios en el craft, es la capacidad de usar las herramientas e imaginar nuevos usos lo que mueve los cambios. “Eso sólo lo podemos hacer nosotros. Estamos en el negocio de entender y cambiar la cultura”. Y así como los visionarios nos trajeron novedades como IA, es nuestra tarea convertirnos en maestros.