Después de trabajar durante años en Silicon Valley, incluso en el diseño ético de Google, Tristan Harris entendió que su misión era más grande. Saltó a la fama con el documental revelador The Social Dilemma, en el que advierte sobre los peligros de que nuestra atención sea la moneda de pago en Internet y la polarización que generan las redes. Harris suele citar al biólogo Edward O. Wilson cuando afirma “los humanos tenemos emociones paleolíticas, instituciones medievales, y tecnología con poder divino, y eso es muy peligroso”.
Desde hace un tiempo, lidera el CHT, Center of Human Technology con la misión de impulsar un cambio integral hacia la tecnología humana “que respalde nuestro entorno de bienestar, democracia e información compartida.” La última semana en Austin presentó un curso online, autodidacta y gratuito: Foundations of Humane Technology que “prepara a los equipos de productos para crear tecnología que trate la atención y la intención como sagradas, proteja el bienestar y desarrolle nuestra capacidad colectiva para abordar los desafíos más urgentes de la humanidad.”
¿Qué sabiduría necesitamos para afrontar la aceleración que esta teniendo la tecnología y la velocidad a la que avanza? The Social Dilemma dimos marco al problema, ahora ¿cómo enfrentarlo? se pregunta el diseñador.
El mundo se vuelve cada vez más complejo: desinformación, ciberataques, escalada nuclear, crisis climática, refugiados, crisis financiera global. Sumado a esto, a través de desarrollos como GTP-3 y la synthetic media, la Inteligencia Artificial pone en duda lo que concebimos como real. “Es una bomba de neutrón a la confianza en Internet” sostiene. Pero frente a la desinformación, ¿es suficiente el chequeo de datos? ¿O la moderación de contenido?
La grieta. A pesar de nuestros limites cognitivos vivimos una explosión de información, el uso adictivo de las redes y la cultura de la influencia son dopamina para nuestro cerebro que busca incesantemente validación social.
Hay una distancia de percepción entre lo que pensamos que el otro cree sobre un tema y lo que el otro realmente cree. Ese error de percepción es más grande cuanto mayor tiempo pasamos en redes sociales, ya que las voces extremas están sobre representadas en las plataformas. Creemos que esas voces radicales y estereotipadas representen el mundo y no es así. Peleamos con fantasmas. No podemos escapar de la parcialidad.
Nuevo paradigma. Harris define muy claramente el paradigma que sobrevuela en Silicon Valley: “le damos al usuario lo que quiere; nos preguntamos quiénes somos nosotros para decidir por el otro y asi eludimos responsabilidades; la tecnología es neutral, hay que personalizarlo todo; crecer a cualquier costo; capturar la atención; ser obsesivo con las métricas”
El especialista en ética tecnológica propone un paradigma para una tecnología más humana: respetando nuestras vulnerabilidades; minimizando los daños; generando consenso; creando puentes; apoyando lo que es justo y ayudando al otro a progresar.
El fundador de CHT propone pasar de la adolescencia en la que nos encontramos a la madurez en nuestra relacion con la tecnología. «Por suerte hay mucha gente en el mundo de la tecnología que comparte nuestros valores y preocupación. Nunca fue tan importante generar un consenso” remarca. Y aclara: conociendo nuestros limites, entendiendo la complejidad del contexto e identificando sistemas y causas.
Para Harris “Nuestra habilidad para superar los desafíos globales depende de construir un sentido común y coordinarlo juntos. No puede haber modelos de negocios que dependan del odio. Abracemos nuestros emociones paleolíticas, evolucionemos las instituciones medievales y tomemos las riendas de la tecnología con poder divino”
Sobre el curso: https://www.humanetech.com/course