Es Devlin es la diseñadora británica responsable de algunas de las puestas escenográficas más impactantes de los últimos tiempos. A muchos quizás también les resuene su nombre porque fue parte de la primera temporada de la serie de documentales “Abstract: The art of Design” que Netflix produjo y estrenó allá por el 2017. Es Devlin fue nombrada Directora Artística de la Bienal de Diseño de Londres y en ese marco se prestó a una charla donde el tiempo fue el principal protagonista. “Mi trabajo es 100% sobre encuentros masivos y de golpe , y por primera vez, estuve encerrada 6 meses en mi estudio. Esto me dio la posibilidad de examinar un poco el trabajo y de encarar un libro que venía procastinando hace rato”.
La audiencia, señala Devlin, parecería ser una especie en extinción a raíz de la pandemia y es un problema porque sin duda es lo que le da el marco a todo el trabajo de un artista. “La calidad del tiempo que experimenta un performer sobre el escenario y cómo lo vive la audiencia es muy particular. Tienen que ver con cómo se cuenta una historia y cómo se escucha una historia. El storytelling colectivo es parte de nuestra supervivencia como especie. Podés hacer llorar a la gente y acceder a su empatía si combinás, como un chef, una narrativa y una música”. Y esto es algo que Devlin maneja a la perfección. Como stage designer, ha dado muestra de su maestría en todo tipo de eventos y escenarios. Desde la opera y el teatro, al mundo de la moda. Mega shows como los Beyoncé, Kanye West, U2, Adele, Katy Perry o Miley Cyrus o la Ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos de Londres y la apertura de los Juegos de Río. Sus esculturas a gran escala y sets que fusionan tecnología con poesía, se han vuelto su sello personal. La artista supo encontrar en los cubos un soporte para varias de sus propuestas. Ya sean grandes estructuras o pequeñas piezas, donde cada lado cuenta un momento y el cambio de uno a otro refleja como un reloj, el movimiento y el paso del tiempo. “Cuando una audiencia se congrega para ver algo, el tiempo funciona distinto para cada uno. Varían los puntos de referencia para la memoria colectiva.”
Según Devlin, hemos incorporado la digitalización del tiempo: “Antes ibas a ver una banda y la gente se volvía loca al final y pedía más. Ahora la gente se va porque sabe que terminó. Hay un esqueleto que maneja el timing de todo que a veces queda demasiado expuesto”, remarcó con tristeza.
Con respecto a su proceso creativo, Devlin confesó: “Mi trabajo se vuelve menos interesante cuando empiezo a aprender todas las reglas. La ignorancia es muy valiosa. No sabes donde están las puertas y entonces no las cerrás antes de tiempo.” Cuando Sam Méndez la contactó para realizar la puesta de la obra de teatro “The Lehman Trilogy” , le dejó una nota que Devlin desde entonces atesora y que se volvió un checklist ante cualquier proyecto que encara:
1) Anima una idea. 2) Concreta la forma de la historia. 3) Entiende el orden presente en el caos. 4) Compréndelo en tu cabeza para que puedas sentirlo en tus entrañas. 5) Revela las necesidades humanas básicas detrás del complejo sistema humano.
El último trabajo de Devlin debía verse por estos días en la intersección más concurrida de Londres. Se trata de un film encomendado por el Imperial War Museum para conmemorar los 75 años de los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki, realizado junto a Machiko Weston durante la cuarentena, que debía proyectarse en la pantalla gigante de Picadilly Circus pero que luego de los eventos en Beirut, los organizadores decidieron cancelar y solo subir al site del museo. En el film puede verse un recurso recurrente de la diseñadora: una línea de luz presente incluso en los primeros dibujos de su adolescencia recopilados en su libro. “La raja de luz que se veía entrando por la ventana y entre las cortinas era mi manera de medir el tiempo; mi propio reloj”, comentó al respecto.