Por Carlos Acosta. Un personaje importante de nuestra historia, y que manejaba conocimientos varios, dijo que cuando alguien se metía en política, debía tirar la honra a los perros. En periodismo ¿pasa algo parecido? Buena pregunta para recuperar en nuestro día.
Hoy se cuestiona no solo a los medios, sino también a quienes lo piensan y le dan vida en el día a día, a los periodistas. Considero que no existe el periodismo independiente sino el más independiente posible; y los operadores, raza que creció notablemente en los últimos tiempos, no siente pudor de mostrarse tal como es, y lucir la camiseta sin importarle la nobleza de la tarea. Da vergüenza ver a quienes militan en medio de una grieta que no lucha por valores sino sólo por intereses, negando la función social que deberían tener los medios.
Uno de los grandes fundadores del negocio de los periodistas fue Bernardo Neustad. Un gran periodista que se convirtió en un gran operador, y que paradójicamente, murió un 7 de junio hace 14 años. En sus memorables aperturas las compañías que auspiciaban “Tiempo Nuevo” eran las empresas “a las que les interesa el país”. Fue el inicio de una nueva etapa que creció exponencialmente.
No fue lo mismo Mariano Grondona, quien lo acompañara durante muchos años pero que separaba claramente la información de la opinión, con la que se podía disentir claramente. Eran otras ideas, quizás no las mías ni de muchos, pero que se exponían arriba de la mesa. Lo más repudiable del periodismo, es lo que no se muestra, lo que no se ve. Lo que opera en las sombras. Lo más grave.
No son buenas épocas para el periodismo. Hoy cuesta mucho leer diarios en cualquiera de sus formatos, desde portales de noticias a noticieros de televisión. Es descarada la forma militante con que comunican de un lado y del otro. Es fácil advertir cómo, sin ningún tipo de pudor, defienden fundamentalmente intereses económicos más que ideas y valores. Pero no solo pasa en política y economía. En otras especialidades, como el deportivo está lleno de opinadores sin sustancia. En lo que toca a la publicidad, se confunde divulgación con el periodismo. Para ejercer esta profesión (u oficio) hay preparase, estar en los lugares relevantes, y aportar puntos de vista. No es para cualquiera.
Lamentablemente, el General tenía razón sobre la honra, aunque hablara de la política. El gran problema es que la política se apoderó del periodismo. Ya no es un servicio , en la mayoría de los casos, es un negocio.
Los medios, para poder mantener una distancia lógica de quienes deciden la pauta oficial, necesitan constituirse como empresas, pero no sólo como negocios. Feliz día a todos los que todavía honran la profesión.