Fjord, la agencia de diseño e innovación de Accenture Interactive, elabora cada año un marco de tendencias que abordan el futuro de los negocios, la tecnología y el diseño. La llegada de la pandemia afectó indiscutiblemente cada una de ellas y por eso la agencia compartió un nuevo enfoque. “El año 2020 está cambiando los fundamentos de todo y por eso se ha convertido en una oportunidad única para innovar en los modelos de negocio, servicios y productos, a través de nuevos valores” afirman. Compartimos las principales tendencias:
- El crecimiento y sus múltiples caras: El capitalismo se enfrenta a una crisis de mediana edad. Los inversores, clientes y empleados están instando a las organizaciones a reconsiderar su visión del mundo y a examinar su lugar en él. Inquietos por el cambio de valores sociales, el cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales, además de la inestabilidad económica y política, la gente está empezando a cuestionar las creencias de larga data, incluyendo la noción de que el crecimiento a cualquier costo es aceptable. Esto se refuerza aún más con la crisis del COVID-19. Las organizaciones y las personas están siendo juzgadas por la respuesta que están teniendo ante esta crisis, un fenómeno que continuará luego de que pase la pandemia. Ante esto, las empresas están cambiando su foco rápidamente y muchas están ayudando en las mayores urgencias, como entregar soporte y colaborar con la entrega de insumos médicos, como máscaras y sanitizadores.
- Una nueva relación con el dinero: Nuestra experiencia con el dinero está cambiando: la propia noción y forma del dinero se está transformando y, por lo tanto, cómo pensamos en pagar por las cosas. Una vez, el dinero fue una entidad física, pero el cambio de eso comenzó hace mucho tiempo con las tarjetas de crédito. Ahora, en una nueva ola de cambio, está evolucionando hacia ecosistemas de intercambio de valores invisibles, alimentados por lo digital; un cambio fundamental que nos permite ir más allá de comprar cosas y abre una gran cantidad de nuevas oportunidades de productos y servicios. Los nuevos ecosistemas de pago están siendo liderados por compañías financieras no tradicionales, y nuestra relación con el dinero se está volviendo más ambigua por sistemas continuos o casi invisibles como el pago por smartphone, por reconocimiento facial y por sucursales cada vez con menos cajeros. Esta tendencia está adquiriendo cada vez más fuerza a partir del COVID-19, ya que los billetes y monedas han sido identificados como un elemento de potencial contagio. Ante esto, los países alrededor del mundo están impulsando con más rapidez los pagos electrónicos. Este nuevo contexto representa una importante oportunidad para las compañías, para rediseñar sus experiencias de pago y, de esa forma, contar con un elemento clave de diferenciación.
- Códigos de barra andantes: cuando el yo físico y el yo digital se vuelven uno solo: Nuestros cuerpos físicos se están volviendo tan rastreables como nuestros alter ego digitales. Cuando se trata de tecnología de reconocimiento facial y corporal, ¿cuál es el equilibrio entre privacidad y comodidad? Nuestras caras pueden hoy ser leídas como códigos de barra y nuestro cuerpo se ha convertido en una firma. Este nuevo contexto representa una importante oportunidad para las compañías para desarrollar experiencias únicas para sus consumidores, pero también en un desafío en el sentido de gestionar la información obtenida de forma responsable. En el contexto del COVID-19, hemos visto aplicaciones prácticas de esta tendencia. Así, por ejemplo, muchos gobiernos a nivel mundial están usando los teléfonos de las personas para monitorear sus movimientos, han desarrollado apps y sistemas para llevar la cuenta y rastreo de aquellos que han estado cerca de alguien que ha dado positivo para el virus y para seguir el movimiento general del COVID-19.
- Personas líquidas: no sólo compradores o trabajadores. La búsqueda del sentido en la vida: Los hábitos de consumo están cambiando a medida que las personas perciben y definen su identidad de forma cada vez más líquida. Las personas se preguntan ahora qué hay más allá del consumismo y de trabajar para vivir. Este cambio de visión de las personas se ha agudizado aún más con el COVID-19. En este contexto, surgen oportunidades para las empresas en entregar relevancia a las personas al momento de consumir y de trabajar. El consumo no está muerto, pero está cambiando. Durante años, éramos lo que teníamos, lo que conducíamos, lo que usábamos, lo que comíamos. Esas ideas ahora son desafiadas. Este cambio está siendo impulsado por una serie de factores, entre ellos la preocupación por el cambio climático y un enfoque más agudo en el bienestar personal.
- Inteligencia diseñada: Más allá de la automatización: La experiencia humana es cada vez más compleja. El siguiente paso para la IA es ir más allá de la automatización para diseñar sistemas que combinen la inteligencia humana y la artificial, y mejoren la interacción entre ambas. Las empresas están acelerando sus programas de IA y un 80 por ciento de los ejecutivos a nivel mundial afirma que actualmente está en producción dentro de su organización de alguna forma. Sin embargo, los consumidores y empleados se están volviendo cautelosos del impacto que tendrá la IA en sus vidas. Para conciliar estas diferencias, las organizaciones deben ir más allá de la automatización y empezar a ver la IA como una herramienta dinámica que los empleados pueden usar para mejorar el negocio. Para hacer esto se requiere de mejores herramientas y una consideración más cuidadosa de los efectos económicos y sociales de la introducción de la tecnología. Diseñar para la IA significa diseñar para la inteligencia humana y optimizando la relación entre las personas y las máquinas.
- Gemelos digitales como guardianes de nuestra privacidad: Los gemelos digitales como el 3D y los modelos de datos son herramientas establecidas en la fabricación y la industria. Ahora están llegando a la vida de las personas, donde se están creando manifestaciones virtuales de nosotros mismos. En la vida cotidiana, el doble digital de cada persona podría actuar a favor de los intereses de las personas en diferentes ámbitos. Por ejemplo, reservar para las vacaciones de acuerdo con los gustos y finanzas de cada persona. Debido al COVID-19 todos nos estamos acercando más a la tecnología, por lo que el doble digital será cada vez más aceptado por las personas. Las empresas deberán entender los dobles digitales desde un punto de vista de negocio y humano.
- Del diseño centrado en personas al diseño centrado en la vida: pensando en ecosistemas: El foco de deseabilidad, viabilidad y factibilidad está evolucionando del «yo» al «nosotros». Este fenómeno está creciendo cada vez con más fuerza en el contexto de la pandemia, donde el sentimiento de pertenencia a las comunidades es aún más grande que nunca. ¿Puede el diseño llegar más allá de su propio ecosistema y pasar de un diseño centrado en el usuario a un diseño que piensa en la vida en su conjunto? Las personas ahora no sólo quieren adquirir un producto y/o servicio, buscan que las empresas les permitan ser parte de un todo, que los que se les ofrece tengan un objetivo más allá de la venta. Por ejemplo, que, al consumir, las personas pasen a ser parte de una causa colectiva, como podría ser el cuidado del medio ambiente.
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